La PERSONALIDAD es una estructura mental necesaria para que el ser humano se relacione con otras personas y con su entorno.

O dicho de otra manera, la personalidad estaría basada en nuestros genes, pero cómo se organice esa información genética dependería de lo que aprendamos y cómo lo hayamos aprendido. Las experiencias cognitivas y afectivas de los primeros años de nuestra vida, incluso de nuestra juventud y de los primeros años de adulto son trascendentales para la formación de la personalidad.

Así, cuando nos encontramos con que somos exageradamente suspicaces; o somos del tipo de personas que estamos siempre a la defensiva; o bien tendemos al aislamiento, no interesándonos mucho el mundo que nos rodea; o bien podemos ser personas demasiado sumisas, con dificultades para ser autosuficientes y tomar nuestras propias decisiones; o quizás somos muy miedosas, todo es un puro problema,…ó dominantes, de esta clase de personas que siempre lo saben todo (en cuyo caso no estarán leyendo esto),… En fin, cuando rasgos del carácter son exagerados y siempre y para todo así, hablamos de la existencia de un Trastorno de la Personalidad.

Viendo las diferentes maneras que tiene nuestra personalidad de “vivir trastornada”, podemos suponer que las posibilidades de tratamiento serán diferentes según el trastorno y la evolución dependerá también de múltiples factores.